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La reflexión sobre la producción audiovisual y sobre su estatuto debe preguntarse sobre las fórmulas que fundan la creencia en una transparencia de la representación en la imagen contemporánea, de modo que sirvan en el surgimiento de un nuevo tipo de espectador.El texto trata de resumir, en primer lugar, antecedentes que han precedido el pensamiento y la acción sobre las capacidades críticas del cine y la imagen fílmica. Son los casos de Deleuze, Giroux, Rancière o didHuberman desde facetas filosóficas y estéticas, y los de la praxis de autores como Roberto Rossellini o Peter Watkins. En segundo lugar, describe las bases y posicionamientos teóricos del colectivo Cine sin autor (CsA) que, desde el activismo político en un marco de empoderamiento ciudadano, emplea el cine con objetivos pedagógicos, como modo de subvertir los modelos clásicos de productividad social.
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