Ese cuerpo orlado de bellezas
Desnudo o vestido, ataviado con lino o tejidos sintéticos, rasurado, depilado, tatuado, pintado, adornado con perlas o cuentas de cerámica, siliconado, liposuccionado, lleno de cicatrices visibles o invisibles, de
percings en los sitios más inimaginables, teñido, decolorado, con canas, iluminaciones, sometido a dietas y a sesiones de gimnasia o abandonado al reino de los carbohidratos y las grasas, el cuerpo humano es una representación, una narración de una misma y de los otros y las otras. Una expresión simbólica de lo que somos o pretendemos ser, un constructo social a partir de una realidad biológica, un discurso del yo. En él somos, a través de él nos comunicamos.
La mujer pintada en Cuba
El tema, considerado como esa suerte de acuerdo tácito entre el creador y el destinatario de su obra sobre aquello que es portador de una carga significativa, revela muchas condicionantes de la producción artística. La valoración del mismo es múltiple y cambiante, más allá de la polisemia inherente a su lectura. La imagen de la mujer, que aparece en el arte desde épocas antiguas —nos referimos específicamente a las obras privilegiadas en las historias eurocéntricas del arte—, ha sido en su casi totalidad una imagen presente en el arte consagrado y hecho mayoritariamente por hombres, para satisfacer un patrón establecido por estos en tanto varones.
Le decíamos magistra
Como una escolar sencilla, llegaba todas las noches a despalillar papeles. Con su letra clara y regular, escribía cartas, informes, analizaba problemas complejos, anotaba respuestas para los mensajes recibidos. Durante el día, intentaba navegar en las turbulentas aguas del Consejo Nacional de Cultura. Yo la acompañaba en esos menesteres, abrumadores en la etapa inicial de la Escuela de Letras y de Arte. Junto a ella, seguía aprendiendo el rigor y la disciplina de un estilo de trabajo. Una peculiar mezcla de tolerancia y exigencia la dotaban de un amplio poder de convocatoria. Podía construir la unidad necesaria sin mengua del mayor respeto por la diversidad. Por eso, en los años que siguieron al triunfo de la Revolución, tuvo que asumir tanta carga de responsabilidades.